Por su importancia en las fechas en las que nos encontramos os ponemos el articulo publicado por la Agencia Española de Protección de Datos el pasado mes de enero
Si tienes una hija o hijo cursando sexto de Primaria es muy probable que te hayas planteado los pros y contras de proporcionarle un móvil ante el cambio de etapa que se avecina. Antes de hacerlo, te recomendamos la ‘Guía que no viene con el móvil’, un recurso breve pero muy útil para preparar para la llegada del primer móvil… y lo que viene después.
“Soy la única persona que no tiene móvil en clase”. “A mi hermana le diste el móvil con 12 años…”. Estos argumentos pueden resultar familiares en las conversaciones con hijos o hijas en la frontera entre la educación Primaria y la ESO. Generalmente, si aceptamos facilitarles un teléfono es porque comienzan a hacer los primeros desplazamientos por su cuenta y al principio sentimos la necesidad de poder hablar y saber dónde están en todo momento.
Estos dispositivos son la puerta de acceso a un universo de posibilidades: unas interesantes, útiles, creativas; otras, no exentas de riesgos si el uso que se hace de ellas no es el adecuado. Por eso es importante conocer algunos consejos claves a la hora de dejar en sus manos un objeto con tantas y tan importantes implicaciones. Y sobre todo después de hacerlo, porque esto no es tan fácil como darles un móvil sin seguir de cerca lo que hacen con él.
La Agencia ofrece ‘La Guía que no viene con el móvil’, un decálogo elaborado junto a UNICEF que incluye consejos de gran importancia basados en el diálogo, el acompañamiento constante y la transmisión de valores e información útil para tratar de que niños y adolescentes hagan un uso lo más responsable posible de esta tecnología.
Es evidente que usan la tecnología de una forma muy intuitiva desde muy temprana edad, pero ese manejo no siempre va acompañado de un conocimiento real de las amenazas a las que pueden verse expuestos. De ahí la importancia de planificar la llegada del móvil, explorar su grado de madurez, e incluso valerse de un contrato familiar que establezca compromisos para ambas partes.
Un smartphone no deja de ser un ordenador, una herramienta muy potente que permite acceder a aplicaciones diseñadas específicamente para lograr que el usuario pase el mayor tiempo posible en su plataforma. Algo a lo que es difícil resistirse, y más aún para alguien que se acerca por primera vez a estas dinámicas. Por ello, resulta fundamental supervisar y poner límites, para que el teléfono no invada el tiempo de otras actividades como los deberes, hacer ejercicio, dormir, jugar o relacionarse en persona. Existen apps de control parental que pueden ayudarnos, pero sin perder de vista que el bloqueo excesivo puede resultar contraproducente.
Aunque puedan mirarnos con cara de ‘qué me estás contando’, es importante guiarles a través de internet y las redes sociales, explicarles los peligros que pueden encontrar en este entorno y configurar juntos su perfil en redes. Y recordarles que compartir su contraseña en determinadas aplicaciones no les hará mejores amigos/as ni mejores novios/as.
Por otra parte, e igual que nos gusta saber quiénes son sus amigos y con quién salen a la calle, en el plano digital también conviene interesarse por saber con quién se relacionan en las redes sociales. También es muy importante explicarles la importancia de anticipar las consecuencias de lo que envían o publican, así como de la necesidad de pararse a pensar antes de hacerlo, y si aparecen otras personas en esas fotos o vídeos, asegurarse de que están de acuerdo.
El uso de redes sociales puede afectar a su bienestar físico y mental, por lo que es crucial prestar atención a sus emociones y, en especial, a cambios de humor o reacciones fuera de lugar tras períodos de uso intensivo, ya que estos comportamientos pueden revelar la existencia de otros problemas que, si bien pueden no estar causados por la tecnología, se manifiestan a través de su uso.
Puedes encontrar estos y otros consejos de forma más detallada aquí.